Se dice que madre no hay sino una, pero también podríamos decir que hay muchas formas de ser madre.
En un mundo donde se ha intentado controlar, limitar y definir lo que es la maternidad, la literatura colombiana nos brinda posibilidades donde ser una mamá no se limita a ideas tradicionales, sino que asumir este rol se amplía y diversifica a partir del lenguaje, los personajes o las mismas historias que encontramos en estos textos. Lo anterior nos permite reflexionar en cómo, a partir de lo que escribimos y leemos, se puede construir y pensar nuevas formas de ser, estar y vivir la maternidad.
En esta ocasión queremos recomendarles una serie de obras de autoras contemporáneas que resignifican y plantean la maternidad a partir de la escritura y la forma de narrar.
¿Han oído hablar de los perrihijos?
La perra, de Pilar Quintana, es una novela que trata la relación que se da entre una mujer, Damaris, y su perra, Chirli. Ante la incapacidad de quedar embarazada, Damaris decide adoptar a una cachorra a quien empieza a tratar como a su hija. La trama se desarrolla en la costa pacífica colombiana, en una zona periférica que queda entre el mar y la selva. Desde que Damaris conoce a Rogelio, su esposo, intenta por diferentes medios quedar embarazada, pero no lo logra. La presión social, el deseo y las ganas de que ser reconocida como madre y mujer hacen que Damaris haga todo a su alcance para conseguirlo. Tan solo la idea de que ella pueda verse como una madre al adoptar y criar a una perra rompe con toda la estructura social y cultural que construye esa noción de lo “femenino”, en la que a la mujer se le reconoce como tal por el hecho de que sea madre.
Las mamás siempre saben…
Tiempo muerto, de Margarita García Robayo, es la historia de una familia colombiana, en Estados Unidos, que nos muestra el deterioro que sufren las cosas con el paso del tiempo. La pareja se separa: Lucía se lleva a los niños, no tolera más estar junto a un hombre que no le permite identificarse con lo que quiere ser y decide irse lejos. En ese viaje busca encontrarse consigo misma, reconstruirse, pero tampoco lo logra. Llega un punto en la novela en que ella ni siquiera se tolera, se siente fatigada de sí misma, pero a la vez quiere ser vista y verse como una “buena mujer y madre".
Lucía es una mujer que rompe ciertos paradigmas —como el amor materno— pero a la vez reafirma otros. Todo parece desprenderse de la voluntad. En muchas partes de la historia se nos muestra a una Lucía vehemente y autónoma, pero otras veces se nos muestra en un limbo, un lugar indefinido en el que ella no sabe cómo actuar y demuestra su incomodidad. La maternidad termina siendo el eje central en el que Lucía busca, desde el desconcierto y la felicidad, pensarse de una nueva manera en la que pueda reconocerse como quien quiere ser.
Cuando las madres se rebelan…
Indócil, de Laura Ortiz, es la historia de Vira y Olena, mujeres que trabajan cuidando una casa. Esta historia narra, con diferentes voces -en su mayoría femeninas- el amor que se generó alrededor de un hecho que sacudió a un barrio: la huelga de las escobas. Las habitantes de las pensiones decidieron dejar de pagar la renta y salir a “barrer la inmundicia del mundo capitalista”. A partir de una serie de eventos que fueron sacudiendo los cimientos de la casa y la sociedad, Vira y Olena lideran desde sus voces, la ternura y el amor por el otro, una rebelión que desajusta, interpela y cuestiona una serie de hechos e ideas que se dan por determinados respecto a lo que pueden llegar a ser y hacer las mujeres.
Desde ese mismo desarrollo de ellas y de sus voces -afirmaciones y silencios- ambas terminan considerándose como las madres de un grupo de mujeres, niños, niñas y hombres que se ven a la deriva. A partir de los vínculos que van generando con esta comunidad, de las formas en que los construyen y la manera en que se reconocen, se afirman como madres. De esta manera crean una conexión con los otros, y con ellas mismas desde el amor, la ternura y el deseo de lo que ellas consideran es ser una madre.
En definitiva, la literatura colombiana nos invita a desarmar las concepciones rígidas de la maternidad y a explorar sus múltiples rostros. A través de personajes que encuentran su lugar como madres más allá de la biología, como Damaris en La perra, que desafían el peso de la maternidad tradicional, como Lucía en Tiempo muerto, o que como Vira y Olena en Indócil encuentran en el cuidado colectivo una forma de maternidad, estas historias nos
muestran que ser madre no es un destino fijo, sino un proceso de construcción constante. En cada relato, la maternidad se revela como un territorio de tensiones, donde conviven el deseo, la imposición social, el amor, la renuncia y la incertidumbre.
La literatura colombiana nos recuerda que ser madre es, ante todo, una forma de relación con el mundo y con los demás, donde la maternidad se aleja de los moldes impuestos y se convierte en un acto de resistencia, amor y autodeterminación. En sus páginas, la maternidad ya no es solo un rol asignado, sino una elección, un encuentro, una rebelión.